Si un sueño
se adueña de una mujer,
su lucha grita inagotable
entre eslabones que amarran
con la fuerza de su tenacidad.
Pero un sueño se desvanece
entre andrajos irrevocables
y de mísera inteligencia
Por eso mujer,
tus sueños no son del viento
tampoco son, mero documento,
es el clamor de la esperanza
que nos hierve por dentro.
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