Te busqué entre ramajes
por una triste vereda
en caminos desolados
con intenso olor a hiedra.
Afligida y harapienta
rasgué mi piel en raíces,
que nacen entre la tierra
de aquellos, que en ella viven.
Mortal en la lejanía
me llaman ecos ausentes,
voces que gritan esclavas
y me resuenan hirientes.
Te busqué sin encontrarte
aturdida sin destino,
siguiendo ausentes pisadas
a lo largo del camino
No hay comentarios:
Publicar un comentario