domingo, 11 de junio de 2017




Al lado de una piedra
encontré una flor en mi camino,
haciendo mía su olor y su textura
para coser sus pétalos con el oro
de los óvulos de su corazón.





Si tus ojos ciegos quedaron
en el instante en que te vi,
muda quedo mi boca
pretendiendo algo que decir.

No en vano sirvió la distancia,
entre el latir de tu alma
y el perfume de tu piel ansiada.

Y el camino se hizo corto
para fundirnos en besos,
de labios que deseaban.