miércoles, 20 de diciembre de 2017

REPICAR DE UNAS CASTAÑUELAS





La luz de la mañana
refleja su espléndido brillo
en el cristal de mi ventana,
y en su marco se posa
el oscilar de las hojas,
del árbol nacido entre sombras.

Resurge el cántico silente
en la madera cóncava,
y resonando sorprende,
en la quietud de mi cuerpo
sobre unas sábanas yacente.

Ondas que inundan la estancia
en la prisión de mis oídos
como música celestial de la aurora,
estallando en mis adentros
como pálpito de sonoro tableteo.

Árbol nacido entre sombras
con el corazón dividido,
en unas cuerdas enlazadas
que la destreza de unas manos,
sellan la belleza en el alma.

Corazón que emana el sentir
de raíces en la campiña,
nutriendo las entrañas del tronco
que hará de ti...la caricia
del viento en mis ojos.

La luz de la mañana
en el marco de mi ventana,
anuncia el renacer a la vida,
que tan solo unos dedos
despiertan la sonrisa en el rostro,
al repicar de unas castañuelas.