El suave aroma del misterio
se va enredando
en las manos temblorosas
del porqué de la existencia.
Esas manos que a veces
aman en las sombras
de una soledad ilegible.
Esas manos delineantes
en el manuscrito de los sueños.
Creer que sus dedos
manipulan el resultado
solo es, una vaga creencia.
Extirpar el corazón
en la cóncava de la palma
absorto en sangre derramada
fundir la pluma que subyuga
el temblor de la existencia.
Tus manos solo son el medio
tu corazón
el latido de la creación.
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