Una palabra me basta
para explicar lo vivido
y si viviendo lo vivo
pronunciar la palabra
me sucumbe en el olvido.
Este olvido sin palabra,
porque dialogar viviendo
te hace mudo sin sentido
y si mi voz no pronuncia
vivir, no tiene residuos.
para explicar lo vivido
y si viviendo lo vivo
pronunciar la palabra
me sucumbe en el olvido.
Este olvido sin palabra,
porque dialogar viviendo
te hace mudo sin sentido
y si mi voz no pronuncia
vivir, no tiene residuos.
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