Cuando la palabra
se ausenta en el sonido.
Cuando la mirada
se ciega en el olvido.
Solo queda el recuerdo,
aquél que te atrapa
y se olvida del sentido.
Cuando el movimiento
se transforma en pausa.
Cuando el espacio
desorienta la realidad.
Solo queda el silencio,
aquél que paraliza
de vez en cuando, la perplejidad.